Desde el mes de mayo que vengo atravesando procesos muy importantes y fuertes, tanto a nivel personal como profesional.
El 4 de mayo me tomé un avión con destino a una nueva vida en Milán. En el posteo de abril les conté cómo fue que tome la decisión y en el posteo del mes pasado les hablé sobre las emociones que fui viviendo estas semanas.
Pero también, como ya lo conté desde las redes sociales de Ciudadanía y Residencias, junto con la mudanza empecé el programa de mentoría de Nayla Norryh, que me está haciendo replantear no solo los tipos de asesorías que veníamos haciendo, sino el enfoque mismo del asesoramiento que quiero brindar.
Gracias al trabajo que vengo haciendo con el programa, muchos de Uds. participaron hace unas semanas de encuesta en la que, fundamentalmente les preguntaba cuáles son sus desafíos al momento de emigrar.
Hoy quiero compartirles algunas de sus respuestas y contarles también cuáles fueron los míos, para que vean que cuando empiezan a pensar en este gran proyecto que es el mudarse a otro país, no están solos, porque somos muchas personas viviendo y sintiendo lo mismo.
La pregunta que les hice fue cuál es el mayor desafío que tienen al pensar en emigrar.
La pregunta fue abierta, para que cada uno pueda contar sin miedos ni límites qué es lo que sienten (y en muchísimos casos les preocupa) al pensar si tomar o no la decisión de emigrar.
En la mayoría de las respuestas hubo una coincidencia con relación al desafío laboral. Pensando desde si se va a poder o no encontrar un trabajo o si se va a poder trabajar de lo que uno sabe, tiene experiencia o una profesión.
Quiero contarles en mi caso, como enfrenté este desafío, que no es menor, sobre todo teniendo en cuenta que yo tengo un título de abogada, que me limita muchísimo para ejercer en otros países, ya que tendría que estudiar unos años para lograr homologar mi título.
Lo primero que tuve que aceptar fue que dejar de ejercer la abogacía, dejar de llevar juicios de clientes, no me iba a afectar ya que no es algo que me apasionara.
Lo otro que tuve que darme cuenta es que un título no te limita a un tipo de trabajo, hoy yo sé que no podría haber iniciado Ciudadanía y Residencias si no fuera abogada y en las asesorías encontré una forma de transmitir lo que he aprendido en mis años de profesión.
Con esto les quiero decir que ustedes también pueden analizar cuáles son todas las opciones que su experiencia les puede dar y abrir la cabeza y el corazón a las nuevas oportunidades.
Otro desafío que se repitió mucho fue el tramitar los documentos necesarios para emigrar. Y ahí por supuesto que es algo que preocupa, y bastante, pero puede llegar a ser el más sencillo de sobre pasar.
Porque si lo que ustedes quieren es contar con una ciudadanía que les permita radicarse en otro país, lo primero que necesitan es organizarse de qué modo van a llevar a cabo ese trámite, el tiempo que les va a llevar y, en base a eso, organizar la fecha de emigración.
En mi caso este fue un desafío a medias. La parte más difícil la tenía resuelta, porque con mi familia habíamos iniciado nuestro juicio de ciudadanía italiana hacía un tiempo y, de hecho, antes de que empiece a pensar en emigrar, ya nos había salido la sentencia que nos dio la ciudadanía.
Pero por la pandemia, la última etapa del trámite, que era obtener el certificado de la justicia de Roma que indicaba la sentencia estaba firme y así inscribir ese documento en la Comuna italiana, se demoró unos cuantos meses más de lo previsto y eso hizo a que tenga que ir cambiando la fecha de mi viaje.
El dejar a los afectos, familia y amigos y enfrentar el desarraigo también es un desafío que se repitió mucho. Y en verdad esta es unos de los desafíos más difíciles de enfrentar, pero no por eso es imposible.
Yo creo que, si esto es algo que a ustedes también les resulta un desafío, lo importante es empezar a armar una red de personas que puedan “acompañarlos” una vez que lleguen.
Para esto las redes son nuestras grandes aliadas. En Facebook está lleno de grupos de personas que emigraron a alguna ciudad, región o país y que están más que dispuestas a ayudar a quienes se emprenden en una emigración.
También es importante que se organicen para hacer video llamadas con familiares o amistades que quedan en su país, porque ayuda a no perder del todo la cotidianeidad que se tenía.
Por último, un desafío que fue mencionado fue el tener que enfrentarnos a un nuevo idioma. Y esto no es solo pensando en que podemos ser argentinos emigrando a Italia. Hay que tener en cuenta que en España también hay provincias que tienen su propia lengua y, aunque no las tuvieran, los modismos y algunas palabras son diferentes y hay que aprender a comunicarse en nuestro nuevo destino.
Como ya les conté en otra oportunidad, yo tomé clases de italiano al viaje y me ayudó un montón. El estar en contacto con italianos todo el tiempo me está ayudando muchísimo, al igual que escuchar música italiana, ver la televisión y leer revistas y diarios. Y por supuesto que seguir con clases es parte de mi plan, para poder aprender la gramática que el día a día no me da.
¿Se sienten identificados con los desafíos que me comentaron en la encuesta? ¿O algún otro que tienen que les gustaría compartir?
Pero sobre todo espero que lo que les compartí hoy los ayude e inspire en sus procesos de tomar una decisión tan importante.
Y si te gustó lo que te compartí, podés ayudarme a seguir compartiéndote mucho más contenido como éste invitándome con un cafecito.
Les dejo un beso grande.
Rosario.
(Foto: tomada hace unos días, en un paseo por el Parco Sempione y el Arco della Pace, Milano).
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